Centro Educativo Internacional Henry George
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Resumen condensado del LIBRO PROGRESO Y MISERIA de HENRY GEORGE, CUARTA EDICIÓN ABREVIADA, usada en el curso "COMPRENDER LA ECONOMÍA."


 

Introducción y Libro I - Salario y Capital
Libro II - Población y Subsistencia
Libro III - Las Leyes de la Distribución
Libro IV - Efecto del Progreso Material sobre la Distribución de la Riqueza
Libro V - El Problema Resuelto

Libro III - Las Leyes de la Distribución
Capítulo 1: Las Leyes de la Distribución y Sus Necesarias Relaciones Entre Sí
Capítulo 2: La Ley de la Renta
Capítulo 3: La Causa del Interés
Capítulo 4: Capital Falso y Ganancias Confundidas con el Interés
Capítulo 5: La Ley del Interés
Capítulo 6: La Ley del Salario
Capítulo 7: Relación de las Leyes de la Distribución
Capítulo 8: La Explicación del Problema

Libro VI - El Remedio
Libro VII - La Justicia del Remedio
Libro VIII - La Aplicación del Remedio
Libro IX - Los Efectos del Remedio
Libro X - La Ley del Progreso Humano


  1. Vemos entonces que tenemos que buscar la causa de la pobreza en las leyes que rigen la distribución funcional de la Riqueza.
    Argumento completo del libro P&M y el Curso CE

Capítulo 1: Las Leyes de la Distribución y Sus Necesarias Relaciones Entre Sí

Nuestro argumento ha demostrado que los salarios deben de ser los más altos donde realmente son los más bajos.

Como no se halla la causa que buscamos en las leyes que determinan la producción de la riqueza, hemos de buscarla en las leyes que rigen la distribución de la riqueza al trabajo, al capital, y a los dueños de la tierra. Ya que tierra, trabajo y capital se unen para producir toda riqueza, el producto debe de dividirse entre estos tres factores.

“El producto” o “la producción” de una sociedad significa la suma de riqueza producida por esa sociedad. “Producción” no significa solamente hacer las cosas, sino también incluye el aumento de valor resultado de su transporte y cambio. Una parte del producto va al capital, una parte al trabajo, y una parte a los propietarios de las varias formas de tierra que tienen algún valor. “Producto” significa toda riqueza obtenida en exceso de la riqueza consumida para la reposición o conservación de capital. Cuando hablamos de “interés,” o la compensación del capital, significa aquella parte de la riqueza producida que va solamente al capital, en exceso de su reposición o conservación.

Una vez halladas las leyes de la distribución de la riqueza, podremos ver qué influencia los impuestos y el monopolio ejerce sobre ellas.

Los tres factores de la producción son: tierra, trabajo, y capital; toda la producción se distribuye en tres partes distintas divididas entre estos tres factores. El término “renta” defina claramente la parte que se distribuye a los dueños de la tierra. “Salario” también defina suficientemente la parte que recompensa al trabajo. Pero en cuanto al tercer término, el que debería expresar la parte que es la recompensa al capital, hay en los textos de economía política una gran ambigüedad y confusión.

“Interés” significa la recompensa por el uso del capital, exclusivo de cualquier trabajo relacionado a su uso o administración, y exclusivo del costo de riesgo.

El término “ganancias,” y todos sus sinónimos, no pueden ser empleados en economía política para significar la parte de la producción que se distribuye exclusivamente al capital. Pues, hablar de la distribución de la riqueza entre “renta,” “salarios,” y “utilidades” (o ganancias o beneficios, etc.) es como clasificar y dividir la humanidad entre “hombres,” “mujeres,” y “seres humanos.” Debido a esta falla, la economía política enseñada no ha podido llegar a una explicación clara y consistente de la distribución de la riqueza.

Las leyes de la distribución de la riqueza son obviamente leyes de proporción. Deben relacionarse entre sí de manera que si se sabe cualquier dos de las tres, la tercera puede ser deducida. Si una de las tres partes del producto se aumenta o se disminuye, significa que una o dos de las otras dos partes se disminuyen o se aumentan proporcionalmente.

Entonces, tenemos que buscar las verdaderas leyes de la distribución de la riqueza, las cuales, juntas, determinan la división de la producción entre “salarios,” “renta,” e “interés.” La prueba de que son las correctas será en la correlación armónica entre ellas. Estos tres términos se excluyen mutuamente.

Los economistas llegaron a considerar el capital como el factor primario de la producción, con la tierra como su instrumento, y el trabajo como su herramienta. Para ellos, el capital siempre es el punto de partida, con el capitalista siendo el protagonista central.

Pero cuando consideramos el origen natural y la secuencia del proceso productivo, vemos esta jerarquía de producción en orden reverso. El capital no existe en primer lugar, sino aparece por último. Ha de existir tierra antes de que se pueda ejercer el trabajo, y el trabajo debe ejercerse antes de que se pueda producir capital. El trabajo sólo puede aplicarse sobre la tierra. Por esto, tierra es la condición previa, el campo y el material del trabajo. El orden natural de importancia en la jerarquía de producción es: tierra, trabajo, capital.

Ya que el capital no es más que una forma del trabajo materialmente concretizado y almacenado, “capital” es solamente una subdivisión del término “trabajo.”

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  1. Las Leyes de la Renta, del Interés, y del Salario nos revelan que los propietarios de Tierra siempre cobran, en Renta, una mayor proporción de la Riqueza producida, y que la proporción de la Riqueza que recibe el Trabajo (su salario) no es determinada por la cantidad de Capital disponible en relación al número de trabajadores, sino por la cantidad de Riqueza que el Trabajo puede producir en el margen de producción.
    Argumento completo del libro P&M y el Curso CE

 

Capítulo 2: La Ley de la Renta

El término “renta” significa la parte del producto que corresponde a los dueños de la tierra. Este sentido es diferente de su significado común en varios aspectos.

En los pagos de alquileres por el uso de bienes inmuebles que incluyen casas, granjas, y otras mejoras, sólo es “renta” la parte del pago que pertenece al uso de la tierra.

En el sentido económico, también hay renta cuando una misma persona es a la vez propietario y usuario de una tierra; la “renta” es una parte de los ingresos totales, equivalente a lo que el dueño podría haber obtenido arrendando sólo la tierra a otra persona. Es decir: producto – (salario + interés) = renta, tanto si el dueño mismo trabajara su tierra como si la alquilase a otro.

“Renta” también se expresa en el precio de venta de una tierra: renta “capitalizada.”

“Renta” es la parte de la riqueza producida con las capacidades naturales de una tierra, que recibe el propietario debido a su privilegio exclusivo de uso de esa tierra. Esta facultad de dar “renta” es lo que da “valor” a una tierra.

La renta, o valor, de una tierra no procede de la productividad o la utilidad de esa tierra. Simplemente representa el poder del dueño de quedarse con una parte de los frutos de la producción resultados de la explotación de esa tierra. Lo que alguien dará por acceso a una tierra no depende de la productividad de esa tierra, sino de su productividad en comparación con la de mejor tierra que se puede conseguir gratis. Es decir: Poder productivo de una tierra – Poder productivo de la mejor tierra gratis disponible = Renta.

En resumen, “renta” es el precio que resulta de la propiedad exclusiva de los elementos naturales. Es el resultado natural de la competencia entre los miembros de la comunidad por el uso de los limitados recursos naturales.

En régimen de libre competencia (condición siempre supuesta para investigar los principios de la economía política), la relación que determina la renta, o precio, que el propietario puede obtener se llama “la ley de la renta.

La Ley de la Renta es: La renta de una tierra se determina por la diferencia entre su producto y el producto que una igual aplicación de trabajo y capital puede obtener de las menos productivas tierras en uso.

La ley de la renta se aplica no sólo a tierra agrícola, sino también a tierra usada para otros fines. La ley de la renta se aplica también para determinar los valores crecientes que el progreso humano da a todos los recursos, fuerzas y oportunidades naturales de la Tierra, como minas, bosques, acuíferos, radiofrecuencias, depósitos de petróleo, espacios marítimos y aéreos, etc.

La ley de la renta no es más que una deducción de aquello principio tan fundamental a la economía política: el hombre siempre procura satisfacer sus deseos con el mínimo esfuerzo.

Enunciada al revés, la ley de la renta es la ley del salario e interés tomados juntos.

Ya que Producción = Renta + Salarios + Interés, entonces, Producción – Renta = Salarios + Interés.

Así que, el salario y el interés no dependen del producto del trabajo y capital. Dependen de lo que queda del producto una vez restada la renta, o bien, del producto que obtendrían sin pagar renta utilizando la tierra menos productiva en uso. Por lo tanto, por mucho que aumente el poder productivo, el salario y el interés no pueden aumentar si la renta aumenta a la par.

El aumento de la renta que avanza en los países progresivos es la clave que explica por qué los salarios y el interés no suben con el aumento del poder productivo. La riqueza producida en toda sociedad queda dividida en dos partes, separadas por “la línea de la renta.” Esta línea es fijada por el “margen de producción.”

Dondequiera que los valores de la tierra sean altos, puede haber una producción de mucha riqueza, pero los salarios y el interés serán relativamente bajos. Todo el avance productivo quedará absorbido por la renta.

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Capítulo 3: La Causa del Interés

Lo que estamos averiguando es, ¿Qué determina la tasa general del interés económico?

En los países menos desarrollados, la tasa de interés suele ser más alto que en los países más establecidos. Y se ha reconocido por mucho tiempo que el interés tiende a bajar mientras progrese la sociedad. ¿Cuál ley puede vincular estas variaciones y demostrar su causa común?

Empecemos al principio, estableciendo la causa del interés. ¿Por qué el prestatario debe regresar al prestamista más valor que el valor que recibió en el préstamo original?

Afirman que el interés es la recompensa por la abstinencia. Pero la abstinencia es una cualidad pasiva. ¿Por qué se debería dar algo producido en cambio a algo que no hace nada?

Al demandar el prestamista más que la reposición de su capital, les puede parecer a los trabajadores que el interés se acumula a costa del trabajo, como un robo que debe ser abolido por decreto social.

Si el interés fuera causado por “el poder que existe en las herramientas para incrementar la productividad del trabajo,” la tasa del interés aumentaría con todo avance de la tecnología; evidentemente, esto no es así.

Almacenamos vino, instalamos un enjambre de abejas, y criamos ganado, al fin del año, al promedio, el valor de nuestro vino será mayor, tendremos más abejas y miel, y nuestro ganado habrá crecido y multiplicado. El poder activo de la naturaleza. Esto es la verdadera causa del interés, es decir, la causa del incremento del capital en exceso del incremento causado por el empleo del capital por el trabajo.

Ahora bien, existe una relación equilibradora de valor entre todo especie de riqueza, de tal manera que, buscando el mayor provecho con el mínimo esfuerzo, nadie guardaría su capital en una determinada forma menos ventajosa cuando podría cambiarlo por otra forma más ventajosa. Por ejemplo, el que prestó las ovejas tendría que regresar al prestamista el valor de capital incrementado por la naturaleza durante el tiempo que él tuviese las ovejas. En cualquier círculo de cambio, el poder del incremento que la naturaleza proporciona a algunas formas reproductoras de capital, siempre tendrá un equilibrio de valor promedio con todas las otras formas de capital.

Además, resultado de la utilización de las variaciones de los poderes de la naturaleza y del trabajo humano efectuada por el cambio, ocurre un aumento en la producción que es semejante al incremento producido por las fuerzas vitales de la naturaleza. Por ejemplo: La misma cantidad de trabajo en cada pueblo rendirá 150 unidades totales para cada colectividad, por medio del cambio entre los dos pueblos, y con el mismo esfuerzo de antes (menos cualquier costo de comercio), en vez de solo 150 unidades totales, cada pueblo disfrutará de 200 unidades totales.

El capital ayuda al trabajo de dos modos distintos de producción: 1) en cambiar la forma o el lugar de la materia, como es construir edificios, y 2) en aprovechar de la fuerza reproductora de la naturaleza, como es cultivar y cambiar vegetales. En el segundo modo, tiempo es un elemento determinante que contribuye a la producción, independientemente del trabajo aplicado. Al proceder la sociedad con estos dos modos de producción simultáneamente, la cambiabilidad de riqueza da una igualación del valor de incremento entre las formas reproductoras y no reproductoras del capital.

Interés no es propiamente un pago por el uso del capital; es una recompensa por el incremento que el capital proporciona sobre tiempo.

La producción se divide en tres modos distintos:

  • Adaptación: Al cambiar los productos naturales, en forma o lugar, para adaptarlos para la satisfacción del deseo humano.

  • Cultivación: Al utilizar las fuerza vitales naturales, como el cultivar vegetales o el criar animales.

  • Cambio: Al aumentar la suma total de la riqueza, explotando 1) las variaciones locales de las fuerzas naturales, o 2) aquellas fuerzas humanas que varían con ubicación, ocupación, o carácter.

La división del trabajo y la cambiabilidad de riqueza obligan que los beneficios de la producción se compartan equitativamente en un promedio de valor balanceado entre el trabajo y el capital, ya que ni el trabajo ni el capital se dedicarán a cualquier método de producción o inversión mientras haya disponible otro que ofrezca una mayor recompensa.

El interés surge del poder de incremento que las fuerzas de la naturaleza otorgan al capital, o por su capacidad semejante de cambio. Esto no es arbitrario; es un hecho natural.

Cualquiera que emplea capital y obtiene el incremento que puede rendir, recibe interés. Si crío una vaca, la leche que me rinde es interés del capital que mi trabajo ha acumulado en la vaca sobre tiempo. Y el interés que resulta da lo mismo que si hubiera prestado mi capital a alguien y recibido interés en pagos.

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Capítulo 4: Capital Falso y Ganancias Confundidas con el Interés

La creencia de que el interés de capital es un robo del trabajo se debe en gran medida a la falta de distinguir entre lo que realmente es y no es capital, y entre lo que realmente son y no son las verdaderas formas del interés de capital. Antes de que podamos determinar si realmente existe un conflicto entre el trabajo y el capital, primero debemos aclarar algunos conceptos comúnmente malentendidos con relación al interés.

El valor de la tierra, comúnmente es considerado “capital,” pero no lo es. Las acciones y los bonos tampoco lo son. Nada puede ser capital que no sea riqueza, y que riqueza solamente consiste de artículos tangibles, distintos de las ofertas espontáneas de la naturaleza.

Por esta razón, un bono del Estado no es capital, ni siquiera representa capital. Estos pagos inmensos, restados de la producción de todo país moderno para pagar sus deudas públicas, no vienen de un aumento de capital. Son impuestos sobre la producción.

Cuando emiten certificados de bonos representando dos, tres, o aun diez veces más que el valor real del capital empleado en una obra. Son considerados “interés,” pero son mejor clasificados como “salarios de superintendencia.”

Otro elemento comúnmente confundido con el interés del capital, pero no es interés: el elemento del monopolio. El poder de recoger un impuesto particular a todos los que compran aquel producto. Patentes otorgados por más tiempo que sea justo y necesario para estimular el invento y los monopolios creados por las tarifas protectoras.

La acumulación de grandes cantidades de capital bajo un control consolidado es destructivo, y a menudo se ejerce con un abandono irresponsable a los derechos humanos colectivos e individuales. Las empresas otorgadas con concesiones de monopolios públicos, y sus aliados en el gobierno, saquean al pueblo con subsidios, exoneraciones, y altas tarifas. Tales ganancias derivadas del monopolio no deben confundirse con el interés del capital productivo.

Además de estos, ganancias propiamente debidas al elemento del riesgo también quedan clasificadas incorrectamente como el interés de capital. Tales son las varias formas de especulación, como “jugando la bolsa.” Lo que uno gana, algún otro lo ha de perder. Por tanto dinero o capital que puede cambiar de mano en mano, si no se agrega valor en la transacción, no existe interés.

Si examinamos las grandes fortunas de familias aristocráticas, tan frecuentemente presentadas como ejemplos del poder acumulativo del capital, veremos que se han acumulado, en gran medida, por los medios que acabamos de repasar aquí, y no por medio del interés del capital productivo.

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Capítulo 5: La Ley del Interés

Capital no emplea trabajo, sino trabajo emplea capital.

Capital no es de una cantidad fija; siempre puede aumentarse o disminuirse.

Bajo condiciones de libertad, el máximo que se dará por el uso de capital será el incremento productivo que éste puede suministrar, y lo mínimo será la reposición del capital. Por encima del punto máximo, el tomar capital prestado implicaría una pérdida para el prestatario; y por debajo del mínimo, no se podría conservar el capital.

El límite máximo del interés no es fijado por el aumento de la eficiencia que el capital otorgue al trabajo. Un arco y unas flechas permitirán que un indígena mate, supongamos, un búfalo cada día, mientras con palos y piedras apenas podría matar uno por semana. Pero el armero de la tribu no puede reclamar al cazador seis de los siete búfalos muertos como recompensa por el uso del arco y las flechas. El interés que pertenece al capital es el incremento que la posesión del capital da al dueño sobre un determinado período de tiempo.

Mientras las fuerzas reproductoras de la naturaleza parecen variar enormemente, por ejemplo, entre conejos y caballos, existe un equilibrio natural promedio que se expresa en el concepto de “valor.” El efecto de las diferentes proporciones del incremento reproductor es bajar el valor de los conejos relativo a los caballos.

En los países más avanzados, parece que hay una menor dependencia proporcional en las fuerzas reproductoras naturales. Pero esta tendencia se balancea con las economías mayormente agrícolas. Por medio de este balance, se mantiene el equilibrio que fija el promedio de aumento del capital.

Este punto normal de interés ha de ser tal que las recompensas del trabajo y del capital resulten igualmente atractivas para el esfuerzo y el sacrificio que implican. Sin este equilibrio, el trabajo no aceptaría el uso del capital o el capital no se pondría a la disposición del trabajo. El uso de capital en la producción, entonces, no es más que un modo de trabajo. Ya que sólo se emplea capital consumiendo el trabajo almacenado en ello, el uso de capital es equivalente al gasto de trabajo. El principio de que el hombre siempre procura satisfacer sus deseos con el mínimo esfuerzo operará para mantener un equilibrio entre los salarios y el interés, en que ambos representan una igual recompensa por un igual esfuerzo.

Por ejemplo, en una sociedad entre Juan y María, si cada uno obtiene sólo lo que contribuye al fondo común, el aumento de la porción del uno no disminuye la del otro. Y así sucede entre los salarios y el interés; el incremento de la recompensa del capital no disminuye la recompensa del trabajo, ni viceversa.

En un caso particular, o una ocupación particular, la tendencia de los salarios y el interés de encontrar un equilibrio puede ser impedida, pero al nivel macroeconómico, esta tendencia opera siempre.

Cualquier causa que sube el interés más alto que el equilibrio con los salarios hará que el trabajo se dirija a producir más capital, y que una cierta porción de riqueza no productiva se dirija a emplearse como capital. Por otro lado, si los salarios suben más alto que el equilibrio, el trabajo producirá menos capital, y la proporción de riqueza empleada como capital disminuirá.

Por esto, el interés tiene que subir con los salarios, y bajar con los salarios.

Si eliminamos los salarios de la ecuación, podemos ver claramente que el interés tiene que disminuirse mientras la renta se aumenta. Para hacer esto, tendríamos que imaginar un universo donde la producción ocurra sin el trabajo. Si este lugar fuera una isla sin comunicación al exterior, tan pronto como el capital llegase al límite de los recursos naturales de la isla, el interés bajaría a un punto sólo un poco mayor de su mínimo de reposición, y los dueños de la tierra recibirían casi toda la producción

La Ley del Interés es: La relación entre los salarios y el interés se determina por el promedio del poder de incremento que pertenece al capital por su uso en modos reproductores. Mientras sube la renta, el interés bajará tanto como bajarán los salarios, o será determinado por el margen de producción.

En realidad, la distribución de la riqueza no es entre tres elementos, sino entre dos. Capital es simplemente una forma del trabajo, y su distinción es solamente una subdivisión.

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Capítulo 6: La Ley del Salario

No existe un nivel común de salario en el mismo sentido de que existe un nivel común de interés. Los salarios. Sin embargo, existe una relación general entre todos los salarios; suben y bajan obedeciendo a una ley común.

El principio fundamental de la acción humana es que el hombre procura satisfacer sus deseos con el mínimo esfuerzo. Según este principio los términos que un hombre debe ofrecer para contratar a otros a que trabajen para él serán determinados por lo que estos otros pueden ganar trabajando por cuenta propia. Si intentan demandar más, la competencia de otros les privará del empleo. Si él empleador ofrece menos, nadie aceptará sus condiciones, porque obtendrán mayores resultados trabajando por cuenta propia.

Pero la recompensa del trabajo será variable según los poderes de las oportunidades naturales a que se aplica. Por eso, el principio de que los hombres procuran satisfacer sus deseos con el mínimo esfuerzo fijará los salarios de acuerdo al producto que el trabajo pueda producir en el punto de máxima productividad que le es accesible. Los salarios subirán o bajarán según que este punto suba o baje.

Consideremos, por ejemplo, una colectividad en sus primeras fases de desarrollo. Toda la tierra en uso es de la misma calidad, y así da igual rendimiento por igual esfuerzo de trabajo. Dejemos pasar un tiempo hasta que el cultivo se ha extendido, abarcando tierras que dan rendimientos variables por el mismo esfuerzo de trabajo. Ahora, el trabajo no producirá igual recompensa por igual esfuerzo, sino los que trabajan la mejor tierra obtendrán un producto mayor que un igual esfuerzo dará a los que cazan o cultivan la tierra inferior en el margen de producción. En estas circunstancias, si un miembro de esta sociedad desea contratar a otros, solamente tendrá que pagarles el equivalente de lo que el trabajo obtiene en el punto inferior de cultivo. Así que, si el margen de cultivo desciende a puntos de menos productividad, el salario general bajará también.

Ya hemos deducido la ley del salario: Los salarios dependen del margen de producción y serán mayores o menores dependiendo de lo que el trabajo puede producir aplicándose a las mejores oportunidades libremente accesible a ello.

Las sociedades altamente civilizadas, en tales sociedades, los salarios varían grandemente, pero todavía tienen una relación clara y definitiva entre ellos. Buscamos la ley fundamental determinante de los salarios en conjunto.

Entre las diferencias de los salarios en las varias ocupaciones, podemos distinguir entre las causas que suben algunos salarios sólo relativamente a costa de otros, y las causas que suben los salarios reales, es decir, el promedio de recompensa relativo al mismo esfuerzo humano.

Existen diferencias reales de salarios. Capacidades superiores, sean naturales o adquiridas, reciben, al promedio, mayores salarios. Los salarios de las ocupaciones que requieren capacidades superiores dependen de los salarios comunes pagados por capacidades ordinarias.

Entonces, aunque la relación de los salarios entre sí pueda variar, es evidente que los salarios de todas las ocupaciones dependen, en definitiva, de los salarios de las ocupaciones de mayor acceso y de la menor recompensa; según que estos salarios básicos suben o bajan, el nivel general de salario subirá o bajará.

Ahora, las ocupaciones primarias y fundamentales, sobre las cuales se levantan todas las demás, son evidentemente aquellas que obtienen riqueza directamente de la naturaleza. Así que, la ley del salario que determina los salarios de estas ocupaciones primarias tiene que ser la ley general del salario.

La Ley del Salario es: Los salarios dependen del margen de producción, o sea, del producto que el trabajo puede obtener en el punto de máxima productividad natural que le es accesible sin pago de renta.

Todo considerado, el trabajador promedio no trabajará por un empleador por menos de lo que puede ganar trabajando por sí mismo; ni trabajará por su propia cuenta por menos de lo que puede ganar trabajando por un empleador. La línea de la renta es la línea de los salarios.

El nivel general del salario subiría si las oportunidades naturales fueran abiertas en lugares donde los trabajadores podrían ganar más que los corrientes salarios mínimos. Nadie trabajaría como empleado por menos de lo que realmente produce su trabajo, si pudiese ir al terreno vecino y establecer su propia finca independiente. Sólo a la medida que la tierra quede monopolizada y el acceso a las oportunidades naturales quede cerrado, deben los trabajadores competir entre ellos por el trabajo que ofrece un propietario de una tierra.

El mismo Adam Smith reconoció que la causa de los salarios altos en América fue que la buena tierra todavía estaba abierta al asentamiento.

Todo colono recibe más tierra de la que puede cultivar. No tiene que pagar ninguna renta y casi ningunos impuestos. Es ansioso, por consiguiente, de atraer trabajadores de todos lados, y les paga los salarios más generosos. Pero, pronto estos salarios buenos, juntos con la abundancia y bajo costo de la tierra, inducen a los trabajadores a que le dejen para hacerse dueños de sus propias tierras.

 

Recordemos que no usamos el término “salarios” en el sentido de cantidad, sino en el sentido de proporción. Cuando decimos que los salarios bajan a medida que sube la renta, no queremos decir que la cantidad de riqueza que reciben los trabajadores es necesariamente menos, sino que la riqueza que reciben en proporción al total de la producción es menos. De hecho, la proporción de salario relativo al producto puede disminuir mientras la cantidad de riqueza que recibe el trabajo queda igual, o, incluso, se aumenta.

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Capítulo 7: Relación de las Leyes de la Distribución

Al aceptar la ley de la renta, la ley del interés y la ley del salario, como las hemos enunciado, quedan aceptadas al mismo tiempo.

Las leyes de distribución que hemos formulado, claramente correlacionan y armonizan. Comparémoslas a la falta de armonía de aquellas proporcionadas por la economía política corriente:

La Doctrina Corriente:                                               La Doctrina Verdadera:

  • La Renta depende del margen de producción, subiendo mientras este baje, y bajando mientras este suba.

  • La Renta depende del margen de producción, subiendo mientras este baje, y bajando mientras este suba.

  • Los Salarios dependen de la relación entre el número de trabajadores y la cantidad de capital dedicada a su empleo.

  • Los Salarios dependen del margen de producción, bajando mientras este baje, y subiendo mientras este suba.

  • El Interés depende de la relación entre la oferta y la demanda del capital. (O, como se dice de las ganancias, el interés depende del “costo del trabajo,” subiendo mientras los salarios bajen, y bajando mientras los salarios suban.)

  • El Interés dependen del margen de producción, bajando mientras este baje, y subiendo mientras este suba. (Su relación con los salarios se fija por el poder neto del aumento que proporcione el capital.)

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Capítulo 8: La Explicación del Problema

Los seres humanos tendemos a aceptar pasivamente el pensamiento popular y corriente más errado hasta que quede comprobado indudablemente falso. Por ejemplo, la general aceptación de la teoría de que la tierra es el punto central del universo físico negaba cualquier consideración de la idea de que la tierra realmente circula alrededor del sol, hasta que, al principio del siglo 16, fue ampliamente demostrado que los movimientos celestiales no podían ser explicados por la vieja teoría.

De igual manera que las observaciones de Copérnico revelaron la falsedad de las teorías celestiales no científicas para luego abrir paso a la consideración de su teoría más sencilla y acertada, el reconocimiento de la insuficiencia de las corrientes teorías sobre las crisis económicas abrirá paso para la aceptación de nuestra acertada explicación de la distribución de la riqueza.

La verdad de la economía política que estamos revelando aquí es una verdad naturalmente comprendida por todo ser humano. Sólo ha quedado oscurecida por las complejidades de la civilización.

Tres elementos se unen para hacer la producción: tierra, trabajo, y capital; y tres elementos dividen los resultados: el dueño de la tierra, el trabajador, y el dueño de capital. Si el trabajador y el dueño de capital no reciben más mientras la producción aumenta, es una deducción obvia e indiscutible que el dueño de la tierra es él que recibe todo el incremento. Invariablemente el progreso siempre avanza acompañado y señalado por el aumento de la renta, es decir, el aumento del valor de la tierra.

El aumento de la renta explica por que los salarios y el interés no pueden subir. La causa que proporciona riqueza a los dueños de la tierra es la misma causa que niega la riqueza a los trabajadores y a los dueños de capital. No es la producción total que determina la recompensa al trabajo y al capital, sino la producción neta después de que se haya restado la renta. Entonces, los salarios y el interés no son determinados por su productividad, sino por el valor de la tierra. Donde el valor de la tierra es relativamente alto, los salarios y el interés son relativamente bajos.

Entonces, la razón por la cual el mayor poder productivo no aumenta los salarios ni el interés es porque la renta de la tierra absorbe todo el incremento. Y por esta razón, la pobreza siempre acompaña al progreso.

Es un hecho universal, visible por todos lados, que la brecha entre la opulencia y la escasez crece mientras el valor de la tierra va aumentándose.

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