Instituto Henry George ... Managua, Nicaragua

La Solución a las Crisis Globales Existe en Nicaragua
16 Octubre 2008

 

¿No parece raro que el mundo moderno, al grado que va avanzando con sus varias metas de expansión y mejoramiento económica, democratización política, concienciación social? ¿No parece extraño que por tanto que progresamos con la globalización de mercados, la información, y las tecnologías de todo tipo, que lo mejor que podemos sacar de todo esto es un mundo en que rige el militarismo y la corrupción, en que las crisis económicas se profundizan en círculos viciosos cada vez mayores, en que más que 80% de la población global queda estancada en la pobreza crónica, y en que hasta hemos puesto en peligro la capacidad de la tierra de sostener la vida terrestre?

¿Cuándo será suficiente evidente que la causa de este fracaso monumental del "progreso" moderno es el progreso mismo? ¿Cuándo despertaremos a reconocer que el problema de la humanidad no se encuentra en una falta de "progreso," o sea, una falta de producción bruta de productos? Pues, es clara y evidente que la causa de las mayores crisis económicas y sociales que sufren todos los países del mundo se derivan, no de una falta de recursos naturales, ni de una falta de poder productivo bruto, sino de errores en la organización humana: de la injusta distribución de la riqueza, resultado de la desigual propiedad de la tierra y de la excesiva concentración del poder económico.

En su libro Progreso y Miseria, escrito en 1879, el economista Henry George explicó todo la relación de causa y efecto de los fenómenos que el mundo está sufriendo hoy. Su análisis continua siendo el más acertado de todas las teorías económicas que han aparecido en los últimos dos siglos y hasta hoy. No debe sorprender que, en un mundo tan afán de correr ciegamente al abismo de su propia destrucción, que la obra de George queda desconocida por el público y sin reconocimiento por los economistas y las autoridades del mundo. Pues, son las erradas políticas macroeconómicas aplicadas por todos los gobiernos del mundo, tanto derechistas como izquierdistas, que están causando y profundizando todas las crisis del mundo de hoy.

No puede haber un diálogo sensato sobre políticas nacionales o internacionales de macroeconomía hasta que el análisis de Henry George esté expuesto y plenamente reconocido en el mundo. Pues, George reveló en Progreso y Miseria la verdad que todos debemos sabemos en nuestros corazones por intuición, pero por conveniencia y negligencia hemos olvidado: que la Tierra y todos sus dones y oportunidades naturales son económica y moralmente la propiedad común de toda la humanidad, y el fruto del trabajo individual es el único propiedad privada que es económica y moralmente legítima. La institución de la propiedad privada de tierras y recursos es el cáncer que está destruyendo nuestra gente, nuestra civilización, y ahora, nuestra planeta.

George explicó esta sencilla pero ocultada verdad en su libro Progreso y Miseria. Explicó que la gran causa del gran Enigma del progreso que causa miseria y destruye civilizaciones es en la institución de la propiedad privada de tierras y recursos naturales. Explicó que la única solución a la miseria de las clases laborales, a los inexorables ciclos destructivos de expansión y quiebra económica, y a la destrucción de la misma planeta, es administrar la Tierra y todos sus dones y recursos naturales como la propiedad común de todos.

George explicó una manera práctica y sencilla para realizar esta reforma, la que puede ser aplicado al nivel local, nacional y/o global. Desde el tiempo de la publicación de su libro, su propuesta podría haber salvado la humanidad de tanto sufrimiento y conflicto, y hasta ahora sigue siendo totalmente económicamente eficaz y socialmente deseable. Propone que hagamos una sencilla transferencia tributaria que simplificaría el mecanismo estatal al mismo tiempo que reformaría y pondría justicia a la distribución de la riqueza: Transferir el cargo tributario a los valores de tierras y recursos naturales, desgravando a la misma medida todas las actividades económicamente productivas.

Hoy día, la propuesta de George incluiría el concepto de gravar las actividades económicas al grado que contaminen o destruyan la naturaleza, ya que la justicia obliga que uno debe regresar a la comunidad el valor que quita de la propiedad común. Esto en esencia es la propuesta de "transferencia tributaria" promovida por el premio Nobel Al Gore. La propuesta de George es la base de la política aplicada en el estado USA de Alaska, donde han desgravado el consumo y los ingresos personales, y cada residente recibe un bono anual por participación en el valor comunal del petróleo crudo extraído de su territorio.

Nicaragua puede ser uno de los primeros países de aplicar la verdadera solución a la pobreza y a las crisis económicas. De hecho, los izquierdistas y los derechistas conocen la mitad cada uno de la propuesta de George. Hay que hacer la tierra propiedad común (izquierda), y hay que reconocer y garantizar la producción y el trabajo individual como exclusiva propiedad privada del individuo (derecha). La constitución nicaragüense reconoce esta distinción. El gobierno actual parece tener conciencia de algo de esta verdad en cuanto intente dar acceso de la población pobre a la tierra por medio de reformas que eliminan la especulación y reconocen un valor "catastral" basado en su valor sostenible para la vivienda y la producción. Pero, hay que reconocer los dos lados de la moneda. Si el valor de la tierra puede quedar comunal, el capital y el trabajo tienen que ser desgravados y protegidos de la confiscación pública también. La Justicia es una ecuación de balance. Ojalá que los gobiernos del mundo pudiesen llegar a reconocer esta verdad. Y lo harán, si sólo uno entre ellos pone el ejemplo y aplica plenamente la reforma de George. Que Nicaragua sea ese país debe ser el sueño de cada nicaragüense.

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